Estadísticas

martes, 31 de enero de 2012

Lo siento mundo, he creado un monstruo

Me hubiera gustado ponerte unas gotas de cariño cuando te creé. Ese estúpido libro de recetas lo ha fastidiado todo. Solo me queda la sombra de lo que no ha pasado. La guardo en una caja que me robaste con tu indiferencia. Quédatela, no la necesito. Ahora construyo una nueva caja para guardar nuevos recuerdos; tengo a mi imaginación trabajando noche y día en talleres de sueños y no necesito tus manos para darles pinceladas. No grites, ya no te oigo. Tus palabas llegan a mí como un eco extraño de algo que no existe. Qué decepcionante resulta que me digas que tengo razón. Maldita sea, esperaba una reacción de eso que tienes bajo las costillas. Nada, ni un latido, ni un gesto logro arrancarte. Tal vez creo que tienes algo debajo de esa careta solo porque quiero creerlo; porque no olvides que yo te he creado, y que yo puedo destruirte. No quiero seguir regalando sonrisas a quien no sabe ver lo que significan. Las rosas ya no son rojas, tú las has teñido de un gris que asusta, un gris que me recuerda que no, que nunca, que jamás. Palabras radicales para una mente ambigua que aún está por descubrirse en un mundo donde nadie te conoce y donde crees conocer a todo el mundo. No es que me aleje, es que nunca hemos estado cerca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario